Por Fer Blanco.
Llego a Parque Saavedra para ver Una casa prendida fuego. Recibo mis auriculares y una guía me indicará por dónde avanzar.
Mientras camino por el parque junto a otras personas, cada una con su auricular, escucho una historia de amor. Me voy metiendo de a poco en la cabeza de alguien más, me meto dentro de sus reflexiones, sus miedos, sus dudas, sus deseos, la incertidumbre de conocer a alguien nuevo. Mientras vamos escuchando cuatro intérpretes van montando una escena de teatro físico a nuestro alrededor, me pregunto si se pueden ilustrar las reflexiones, los pensamientos, los sentimientos. Me da la sensación que sí, que se puede y de una forma particular, estilo almodóvar y color pastel.
Una foto quemada. La mitad de su cara, como si se prendiera fuego la mitad y resto quedara anulado, en blanco. La primera foto del rollo puede quemarse. A veces todo lo primero puede quemarse, anularse, salir por la mitad, imperfecto, hermoso. Toda primera vez puede ser torpe, un poco quemada, con un registro que llega solo a la mitad, como la primera foto del rollo, y eso a veces lo vuelve un poco más hermoso. Pienso en Las fotos, de Inés Ulanovsky y las historias que esconde cada foto, un mundo escondido es la sonrisa que se asoma, en lo que queda fuera de foto, en el pulso de quien retrata, un archivo sentimental hecho fotografía.
Seguimos adelante, entre coreografías, fotos, momentos, descripciones de sentimientos hechas cuerpo que vienen y van, que se mezclan en el parque, se esconde, se aparecen, nos llaman las atención, nos envuelven y nos dejan envolverlas, como un recuerdo difuso en la memoria. ¿Qué es el amor? El amor es la palabra, nos dice esa voz que nos comparte todo lo que sucede en su cabeza. Y lo que no se nombra no existe. El amor a veces también necesita ser enunciado, explicitado, ser puesto en palabras. Nada es demasiado obvio y a veces necesitamos que lo escriban bien grande en una hoja en blanco y la exhiban frente a nuestros ojos. No queda otra. Hay que prestar atención.
Luego llegará el tiempo, la sensación de no notar el paso del tiempo hasta que caemos en la cuenta de que ya pasó, que no podemos volver atrás. Y ahí esta él, como un extraño, del otro lado del andén, pero luego vendrá el abrazo y parece que no pasó el tiempo. ¿Qué es el tiempo? A veces el tiempo también se parece a esa primera foto del rollo que se quemó, que muestra algo que quedó adentro y algo que quedó afuera, que no se ve, que no se dice, y sin embargo ahí está.
Al final ahí quedamos, imaginando la imagen de dos enamorados de la mano mirando como el sol se esconde y el día se apaga, pero sabiendo que mañana todo volverá a empezar.
Vivir en una casa prendida fuego es una obra de recorrido al aire libre, de esencia teatral y de carácter multidisciplinario. El público recorre y redescubre un parque encontrando escenas a modo de estaciones, al mismo tiempo que escucha un relato reproducido por medio de auriculares. Se trata de una experiencia performática sonora, que combina la actuación de cuatro actrices junto a un texto narrativo también interpretado por ellas.
¿Dónde? Parque Saavedra ¿Entradas? Alternativa
FICHA TÉCNICA Texto: Julieta Koop
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