¿Alguna vez te pasó se sentir miedo de mostrar lo que hacés? Miedo a que te critiquen, miedo a no tener suficiente talento, miedo a exponerte, a equivocarte, a expresarte mal y que alguien se ofenda, miedo a fracasar, miedo a que piensen que lo que hacés no está bueno, miedo a perder el tiempo... y así podría seguir...
Hace poco escuché una charla TED de David Kelley que hablaba de las fobias y cómo construir la confianza creativa. Muchas veces esos miedos tienen que ver con comentarios de otras personas (que muchas veces vienen de la etapa escolar). Entonces la primera reflexión es: seamos cuidadosos con nuestras opiniones. Quien nos muestra algo creativo, nos está mostrando algo muy personal, a lo que le puso dedicación y amor, puede no gustarnos, pero nuestra opinión no es una verdad absoluta y seguro a muchas otras personas sí les guste. Si ese comentario puede herir al otro, no lo hagamos, es muy simple. Si es algo que suma y es una opinión respetuosa del trabajo de la otra persona, adelante.
Se me ocurrió pensar en este dicho tan conocido “en casa de herrero cuchillo de palo”. En mi caso yo trabajo en comunicación hace diez años ya, en distintos proyectos (en general en relación de dependencia, con estructuras a veces más grandes y otras más chicas). Siempre algo pasaba en mis distintos trabajos y terminaba escribiendo notas, instructivos, manuales, titulares, campañas, informes, sin que sea específicamente mi rol, siempre terminaba ahí. Es lo que más me gusta hacer y es lo que más miedo me da mostrar. Qué paradoja, ¿no? Así nació Observadorass, con la pulsión de la escritura y el miedo a firmar con mi nombre. Por suerte hay algo del deseo que tira para adelante, pero ¿no sería todo mucho más fácil si simplemente lo dejamos ser?
Entonces, seguí escuchando esta charla TED y apareció otra cosa que me dejó pensando, una posible solución a cómo enfrentar estos miedos: los pequeños logros. A veces, proponernos cosas chiquitas y lograrlas, transforma los miedos en experiencias familiares y los invitan a animarnos a más. Creo que además de empezar a ganar territorios, y sumar confianza con pasos chiquitos (como en todo proceso de aprendizaje, ¿no?) hay algo del estímulo en el logro. Proponernos cosas que podemos lograr nos genera una sensación de satisfacción que nos estimula a seguir adelante, entonces creo que está bueno prestarle atención para no autoboicotearnos. Muchas veces nos pasa que nos ponemos metas demasiado grandes que no podemos alcanzar sin esos pequeños pasos previos, y nos frustra, entonces abandonamos. Bueno, basta de autoimponernos un éxito inmediato. Sé que vivimos en un mundo que nos incita a la inmediatez, a lo efímero y que a veces pareciera que vamos a encontrar una app que logre resolver todo con tan sólo un par de clicks. Tal vez sea hora de dejar de pensar en el destino final o el “éxito” y empezar a disfrutar un poco más el proceso.
תגובות