El hall de entrada del Teatro Regio está distinto, oscuro, con telas negras y agujeros, como si fueran telas de araña u ojos de murciélagos que nos miran desde arriba. Las luces son bajas y nos invade el humo. Estamos a punto de ver “Miedo” de Albert Pla, bajo la dirección de Pepe Miravete y con el diseño de arte del grupo Mondongo.
Dan sala y se escucha un niño llorar, miramos hacia atrás y nada. Sigue llorando, pero no está. Las luces se apagan y empiezan los colores. Una pantalla gigante en el escenario que va a distintos niveles, como una pecera multimedia que acoge a un niño en su interior. Un niño que ya es adulto - Albert Pla - pero que sigue siendo niño. Que juega y se sorprende de lo que descubre a su alrededor, que explora, que viaja y que teme.
Miedos infantiles, miedos fantasiosos, miedos existenciales. Los tuvimos, los tenemos y los vamos a tener, ¿quién no tuvo miedo alguna vez? A veces lógicos y otros no tanto. Miedo a lo desconocido, lo incierto, lo que atrapa. Miedo a la soledad, a crecer, miedo a la vida, a la muerte. Miedo al miedo.
Las proyecciones a cargo del grupo Mondongo nos llevan a distintos lugares. A veces hermosas, nos dejan perdernos en un mundo imaginario. Otras veces molestas, asquerosas, irritantes, nos dan ganas de apagar la pantalla y descansar. Sorprendentes, temerarias, asfixiantes. No nos dejan salir ilesos. Pueden provocar molestia, incomodidad, asco, placer, miedo, tristeza. Las sensaciones son múltiples y dependen de cada uno de nosotros.
Un niño que canta: “Canta canta no dejes de cantar, si dejas de cantar, te mo-ri-rás”. Como si fuera un mal augurio, una amenaza, o un consejo para un niño interno que no debe desaparecer y cantando mantendrá esa llama de vida. Las canciones irán atravesando toda la obra. A veces graciosas, otras divertidas, otras sensibles o preocupantes.
Albert Pla pisa el escenario con seguridad, con su túnica blanca rasgada, como si fuera un elfo o un niño abandonado, gracioso, desafiante, surreal. Se ríe de sí mismo, de algunos hábitos culturales y los métodos de crianza, de nosotros, del miedo. Será él quien irá hilando el relato, con una agudeza en el cuerpo que le permitirá hacerse uno con música y proyecciones, en la armonía necesaria para atrapar al espectador. Su relato no será lineal , sino más bien como un cúmulo de recuerdos, de sueños, de impresiones y sensaciones. Podrá jugar con el vacío, y con el silencio. Dejarnos en total oscuridad con miedos existenciales, darle lugar a la imaginación para que se apodere de nuestro cuerpo, y volver a escena provocando molestia, irritación o espanto. Un susto de esos precipitados, inesperados, los de gritos fuertes y espamentosos... o sustos chiquitos, de esos que te dejan la piel sensible, pero en silencio, como un susurro. Y la risa. Reirnos de nosotros mismos después del susto. El relato, insisto, no será lineal. Tendrá momentos de subas y bajas, de concentración y dispersión, de contradicciones y de vacío.
Tal vez existan nuevos tipos de miedo, más actuales y atravesados por las nuevas tecnologías, miedo a no recibir respuesta, a no ser mirado, miedo a la extrema exhibición, a no pertenecer, a no innovar, a ser insuficiente... Sin embargo, la obra abarca con humor miedos más genéricos de una manera potente, que no nos deja salir ilesos, que desafía, molesta, provoca, genera risas y gestos de temor. Prueba de eso es un público que no logra permanecer callado y acompaña - casi sin querer - con onomatopeyas, gestos y pequeños movimientos desde la butaca.
FICHA TÉCNICA
Autor: Albert Pla
Diseño de arte: Mondongo
Coordinación de producción: Pedro Páramo y Diana Glusberg
Coordinación de producción (CTBA): Natalia Uccello
Asistentes de dirección (CTBA): Rosana Rodríguez, Daniela Sitnisky y Jeremías Sapire
Audiovisuales Nueve Ojos Música Original: Albert Pla y Raül Refree
Diseño de iluminación: Russo
Diseño sonoro: Kei Macias
Vestuario: Compañía
Escenografía: cube.bz
Dirección técnica compañía: Xavier Gibert
Post Producción de sonido: Judit Farrés
Dirección: Pepe Miravete
Elenco: Albert Pla
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