Nos ubicamos en las mesas, en la barra, adelante o a atrás, rodeamos el espacio. Pronto comenzará la música que Miguel Gomiz tocará en vivo y un joven (Lisandro Penelas) nos ofrece un vaso de vino, nos pregunta cómo estamos, con quién vinimos, si la estamos pasando bien. Y mientras tomamos nuestro vaso miramos alrededor, nos miramos. Entre ese observar y la espera, comienza a gestarse un clima cálido, de intimidad.
Una vez cómodos en el espacio aparece Elisa (Dana Basso) y comienza a contarnos historias de amor. Cada historia tiene a su protagonista cuyo nombre será anotado, en un espejo, una hoja, una servilleta, en la piel. Un nombre por historia, que debe quedar registrado por escrito. Así, Elisa nos irá ofreciendo cada vez más detalles en la minuciosa tarea de describir aquello difícil de explicar: ¿qué se siente? Y nosotros lo entendemos, lo sentimos, como si las historias nos pertenecieran. Pero en un momento se interrumpe, hay algo raro en su piel, algo que sobra, que excede, algo que antes no existía y ahora sí: cada vez tiene más piel. Y cuanta más piel, más miedo a desaparecer.
Y así, llorando en un bar, se aparece un joven que comienza a hablar, sin parar, sin registrar, solo cuenta sus historias de amor, en detalle, con minuciosa sensorialidad, con él también podemos saber qué se siente. Es que hay algo, en este recordar de historias, de no olvidar el tacto, la sensación y cada mínima impresión, que devuelve la piel. Y entre ambos irán contando sus historias. Nos miran, nos muestran, comparten su espacio con nosotros, nos interpelan en su intimidad, utilizan la barra, las mesas, nos preguntan y respondemos. El espacio es nuestro y las historias logran un nivel de intimidad que también se vuelven propias. Historias propias y a la vez prestadas, todas valen si ayudan a sentir un poco más, a recuperar la piel y evitar que su exceso nos consuma.
El texto de Carole Fréchette tiene un nivel de detalle precioso que logra alimentar nuestra imaginación y se complementa tan bien con la entrega en la interpretación de Dana Basso y Lisandro Penelas. La dirección de Silvina Katz, toda la obra fluye en bella armonía, en un acertado uso del espacio que logra la intimidad necesaria para el relato.
*La reseña fue escrita en la puesta de Espacio Callejón. Actualmente la obra se puede ver los domingos a las 18:30hs en El Camarín de las Musas (Mario Bravo 960, CABA). Entradas: Alternativa Teatral
Ficha Técnica Autoría: Carole Fréchette Traducción: Daniela Berlante Actúan: Dana Basso, Lisandro Penelas Músicos: Fabio Loverso Vestuario: Ana Nieves Ventura Diseño de espacio: Jose Escobar Música original: Miguel Gomiz Fotografía: Akira Patiño Asistencia de dirección: Vicky Brudny, Marcos Del Campo, Bárbara Majnemer Prensa: Carolina Alfonso Producción en gira: Ale Garcia Producción: Bárbara Majnemer Dirección: Silvina Katz
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