Sigue el Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) y toca ver una de las obras invitadas internacionales: “Estado Vegetal” desde Chile con la dirección de Manuela Infante y la actuación multifascética de Marcela Salinas.
Desde distintas voces, puntos de vista e interpretaciones se logra comprender que ha sucedido un accidente: un joven bombero ha chocado con su moto un árbol y quedó inconsciente, en estado vegetal... desde este punto se va ramificando la acción, tal como las plantas que se van ramificando en busca de luz y de espacio.
Marcela Salinas logra interpretar las distintas voces del relato: empleados municipales, la madre del joven bombero, vecinos, un bombero, una niña, etc. Cada personaje tiene su propia impronta, sus relatos se alejan del centro y sin embargo hacen sentido en conjunto, se resignifican entre sí y se unen a través de un loop de sonido que suma a la actuación polifónica. Cada frase que se repite, va uniendo las partes y vuelve a acercar las ramas al centro. Cada personaje tiene una lógica modular, al igual que las plantas donde los órganos se replican en todas sus partes, el conjunto de personajes y la multiplicidad de voces hacen de multitud (las plantas no son individuos sino multitudes, divisibles).
El diseño de iluminación a cargo de Rocío Hernández funciona como fototropía donde al igual que las plantas, los distintos personajes siguen la luz, que los envuelve en un recorrido, logrando un espacio íntimo que por momentos brinda sensación de claridad y por otros momentos de asfixia.
El diseño general de la obra logra unas imágenes hermosas, que despiertan emociones de todo tipo: felicidad, tristeza, perturbación, miedo, ternura... La escenografía es sencilla en cuanto a cantidad de elementos pero compleja en relación a lo simbólico, un claro ejemplo de cuando con poco se hace mucho.
El sonido (a cargo de la directora de la obra) se fusiona de forma muy armónica con dramaturgia e interpretación. Las herramientas se vuelven un todo en el despliegue escénico, que dialoga con la iluminación constantemente. Cada elemento técnico tiene un porqué.
Si bien el exceso de ramificación en la dramaturgia puede hacer la obra demasiado compleja o rebuscada, hay algo muy potente en la suma de sus partes, desde la actuación de Marcela Salinas que, como dice su directora, “es una animal” y nos lleva a donde quiere con total compromiso con cada uno de sus personajes, hasta cada uno de los elementos técnicos y de diseño.
Las plantas vinieron primero, buscan expandirse por naturaleza. ¿Podemos culpar a una planta por seguir su curso natural? ¿No somos nosotros, humanos, invasores? La obra sale del paradigma antropocéntrico y usa cada uno de sus elementos con una lógica vegetal, con los recursos de las plantas, sus herramientas y su accionar natural.
Dramaturgia: Manuela Infante, Marcela Salinas.
Intérprete: Marcela Salinas.
Dirección: Manuela Infante.
Diseño integral: Rocío Hernández.
Coproducción: Fundación Teatro a Mil.
También publicado en la web del Área de Comunicación y Artes Escénicas FSOC-UBA: https://comuyescenicas.wixsite.com/escenicas-fsoc
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