Publicada en la web del Área de Comunicación y Artes Escénicas -artesescenicas.sociales.uba.ar
Una habitación blanca, absolutamente blanca, como si fuera un espacio aislado del mundo donde se trata de establecer cierta paz. Objetos en la pared, también blancos, colgados, como si no se pudiera definir si deben guardarse o no. Todo contra la pared y un vacío en el medio.
Entonces entran Julio (Juan Tupac Soler) y Cecilia (Verónica Cognioul Hanicq), entre el juego y el fastidio, la alegría y el miedo, la certeza y la incertidumbre. Estamos a comienzo de los 80’s y cada momento se funde entre esperanza y desencanto. Julio acaba de volver de Malvinas, lo habían dado por muerto pero no fue así. Cecilia era su novia antes de partir y lo viene a buscar pero él prefiere estar solo.
Entre ellos dos se va creando un micromundo de absoluta intimidad, que se ve interrumpido por un contexto histórico que los marca en el presente. La necesidad de explicar o excusar lo acontecido con la afirmación de que los que vuelven son héroes y un paralelismo con el camino del héroe en un contexto donde nunca se quiso emprender el viaje, y tal vez nunca se pueda volver del todo.
De a poquito se van descubriendo los espacios, y objetos que se mimetizan con el blanco de la pared comienzan a cobrar vida. Un tocadiscos, un piano, sillas y avioncitos de papel. Piedras que Julio guarda como tesoros. Recuerdos de un pasado feliz de música y libros previo a la guerra, fundidos en recuerdos de correr sin aliento, de amigos que no pueden regresar a casa, cartas que no llegan y un adiós que no fue. Correr y correr hasta quedar sin aire y olvidar todo. Un violencia contenida en miedo, y la necesidad de volver el tiempo atrás y no poder.
En una relación íntima, un texto precioso, la contundencia en la actuación de Juan Tupac Soler que se complementa con una Verónica Cognioul Hanicq dulce y fresca, nos van generando un clima de juego en medio de la adversidad. Las luces que van desvelando espacios, el uso de los objetos que se van volviendo visibles, todo trabaja en armonía para generar ese clima de momento único e irrepetible, de un vínculo sincero e intimidad. Ese momento de estar suspendidos en el tiempo, entre el antes y el ahora, pensando en cómo volver a empezar.
FICHA TÉCNICA
Dramaturgia: Pilar Ruiz.
Actúan: Verónica Cognioul Hanicq y Juan Tupac Soler.
Diseño de vestuario: Eliana Itovich.
Diseño de escenografía: Eliana Itovich.
Diseño de luces: Lucia Feijoó.
Realización de escenografía: Santiago Rey.
Video: Francisco Castro Pizzo e Ignacio Codino.
Fotografía: Francisco Castro Pizzo e Ignacio Codino.
Diseño gráfico: Juan Pablo Rodríguez.
Asistencia técnica: Bruno Quiroz.
Asistencia de dirección: Camila Comas
Prensa: CorreyDile Prensa
Producción: LugarOtro Estudio Teatral y Poética Resiliencia.
Dirección: Pilar Ruiz.
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