Un asesinato, un casi inspector, unos cuantos sospechosos, un piano y dos actores. Podría resumir así la historia pero es mucho más que eso. Conozcamos más sobre “Asesinato para dos”.
Debo admitir que tardé un poco ir a verlos, en el interín se fueron del Cultural San Martín al Metropolitan Sura, podríamos decir que llegaron a “calle Corrientes” pensando en un cambio de circuito, desde uno más “off/independiente/alternativo” hacia un circuito más “comercial”. Siento que no me alcanzan las comillas y es que a esta altura, solo distinguimos circuitos para ordenar el campo porque los vínculos son móviles y flexibles. No hay un upgrade ni cambio de jerarquía de un circuito a otro sino más bien, una circulación que permite llegar a nuevos públicos. Así, esta obra se presenta en el corazón de calle Corrientes, con butacas uno poco más premium, y un sistema de producción de cooperativa.
A esto podemos sumar 22 nominaciones y premios incluyendo el Hugo de Oro, a lo mejor del teatro musical de la temporada 2017.
Cuando comienza la obra recibimos una breve presentación de cada uno de los personajes: un aspirante a inspector (Hernán Matorra) y los sospechosos de un asesinato: la esposa, la amante, la sobrina, la pareja amiga, unos niños y el terapeuta (todos interpretados por Santiago Otero Ramos). Lo dos intérpretes son además los músicos en escena, tocando solos o a cuatro manos en el piano. La escenografía es la justa y necesaria para recrear el espacio, sin adornos ni agregados, es el espacio que se necesita para jugar. Y es que estos dos artistas no paran de jugar en el escenario y transmiten una energía que contagia a los que estamos en las butacas.
A medida que pasa el tiempo y avanza el relato, nos vamos encariñando con los personajes, vamos descubriendo las particularidades de cada uno, dejamos de ver a los actores para meternos de lleno en la interpretación y permitir que fluya la imaginación.
Finalmente el misterio se resuelve, entre el musical, la comedia y el policial. Y hasta tenemos el lujo de ver a un espectador subirse al escenario y hacer su interpretación.
Termina la obra y el público aplaude de pie. Comentan a la salida la gran interpretación de los actores, que presentan distintos matices y los vemos divertirse arriba del escenario, jugar con nosotros, romper la cuarta pared, hacer guiños al hábito teatral y dejarnos ser parte de esa circulación de sentido.
Ficha Ténica Texto: Joe Kinosian y Kellen Blair. Intérpretes: Hernán Matorra y Santiago Otero Ramos. Diseño de escenografía y vestuario: René Diviú. Traducción y adaptación: Marcelo Kotliar. Dirección musical: Gabriel Goldman. Iluminación: Gabriel Ascorti. Coreografía: Joli Maglio. Stage Manager: Javier Schvindlerman. 2° Stage Manager: Katherina Ortiz. Fotografía: Fuentes 2 Fernández Fotografía. Video: Her Majesty Fotografía. Diseño gráfico: Aba Ideas. Realización de escenografía: Francisco Paciullo y Alejadro Argañaraz. Realización de vestuario: Marta Dieguez. Arte: Sebastián Ghioni. Comunicación: Marcelo Boccia, Carlos Mazalán y Ariel Zappone para BMZ Comunicaciones. Producción ejecutiva: Maxi López. Producción: Juan Iacoponi. Dirección: Gonzalo Castagnino.
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